Durante la historia de la humanidad los avances tecnológicos han representado grandes cambios para las sociedades. No solo han permitido mejorar y simplificar el trabajo, sino que también han permeado la forma de percibir e interactuar con el mundo.
Para entender las repercusiones de las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), AI (Inteligencia artificial) e IoT (Internet de las Cosas) es importante considerar que los avances tecnológicos nos pueden ayudar a desarrollar nuevas habilidades al mismo tiempo que propician que perdamos otras. Por ejemplo, con la invención de la imprenta, la lectura cobró una importancia mucho mayor, ya que el acceso a los libros se hizo viable para la mayoría de la población a nivel mundial. Esto permitió que la transmisión del conocimiento se facilitara por su accesibilidad. Sin embargo, las innovaciones tecnológicas no siempre son bien acogidas por todos. Existen posturas apocalípticas que no han visto con buenos ojos los diferentes inventos.
En la actualidad los avances tecnológicos ocurren con una rapidez que no deja de sorprendernos. Han representado cambios en la forma en la que estructuramos nuestros pensamientos, nos comunicamos y abordamos y solucionamos los problemas.
Para la educación han representado un reto y un aliado a la vez. Por un lado, los cambios que han generado en la sociedad y la rapidez con la que ocurren ponen a la educación ante la interrogante de: ¿Qué habilidades se necesita desarrollar para que los alumnos puedan enfrentarse a los retos del mañana? Aunado a ello, queda claro que los niños y jóvenes actualmente aprenden de manera diferente de cómo lo hacían los jóvenes hace un par de años.
Algunas de las áreas en las que se puede observar claramente el impacto de la tecnología en el aprendizaje y desarrollo de los alumnos son: la falta de concentración por periodos prolongados, la sobrecarga de información, y la relación entre memoria y aprendizaje. A partir del internet, la capacidad de concentración se ha visto sacrificada por el multitasking, la paciencia que se requiere para investigar un tema a profundidad a través de los métodos tradicionales ha disminuido debido a la inmediatez con la que se pueden obtener respuestas por medio de internet. Es por este mismo motivo, la capacidad para memorizar datos se ha vuelto considerablemente menos relevante que hace algunas décadas.
Sin embargo, los avances tecnológicos no solo han propiciado nuevos retos para la educación, también han fortalecido ciertas habilidades. De acuerdo con Nicholas Carr, así como la lectura propició el desarrollo de la concentración y la imaginación, el internet ha fortalecido nuestra habilidad para escanear información de forma rápida y eficiente.
Además, la tecnología ha brindado una serie de herramientas de aprendizaje para utilizar dentro del aula y abordar los conocimientos de maneras innovadoras que van acorde a las necesidades del mundo actual. Existen diferentes recursos y plataformas educativas digitales que fomentan un aprendizaje activo, con experiencias multimedia e hipervínculos a otros contenidos seleccionados por el profesor, lo que permite un aprendizaje más flexible y personalizado. Gracias a estas herramientas, la retroalimentación que obtienen los alumnos puede ser instantánea.
De acuerdo con William Bates, en su texto From the periphery to the center: how technology is changing the way we teach (De la periferia hacia el centro: cómo la tecnología está cambiando la manera en que enseñamos), mientras los profesores más conocen y utilizan los recursos digitales, más se dan cuenta de que muchos aspectos de la educación tradicional pueden seguirse haciendo igual o mejor a través de los recursos digitales. Por ejemplo, a través de las plataformas de lectura digitales, los alumnos pueden tomar notas con slides, PDF, además se pueden añadir hipervículos a lecturas relevantes o crear foros de discusión.
Como menciona Alarcón, la Web 2.0 no solo impulsa los procesos cognitivos, sino también fomenta los procesos socioemocionales al desarrollar de la confianza de los alumnos en sí mismos, el pensamiento crítico y la construcción de un sentido de comunidad en línea.
Si bien los avances tecnológicos han presentado nuevos retos para los docentes y han permeado en la forma en la que aprenden los jóvenes, también proporcionan un sinfín de herramientas y posibilidades que facilitan el aprendizaje y el desarrollo de las habilidades que se requerirán en el futuro.
Autor: Patricia Martínez
Referencias
Bates A.W. (s.a.), Teaching in a Digital Age, https://wiki.lib.sun.ac.za/images/f/f3/Teaching-in-a-digital-age.pdf
Harford Tim (2017), Cómo la invención del papel cambió el mundo, BBC: Serie: "50 cosas que hicieron la economía moderna", https://www.bbc.com/mundo/noticias-39230916
Kay Ian (2018), Five ways classroom tech is changing the way children learn, Educational Technology, https://edtechnology.co.uk/Blog/five-ways-classroom-tech-is-changing-the-way-children-learn/
Alarcón Ángela (2014), 4 Maneras en que la tecnología está cambiando el aprendizaje y la formación, https://www.shiftelearning.com/blogshift/bid/336897/4-Maneras-en-que-la-tecnolog-a-est-cambiando-el-aprendizaje-y-la-formaci-n
(2019), E-learning: así ha cambiado Internet nuestra forma de aprender, Red Educativa Mundial, https://www.redem.org/e-learning-asi-ha-cambiado-internet-nuestra-forma-de-aprender/